Javier Valle Riestra
ATALAYA DEMOCRÁTICA
¿Se puede confiar en Chile?
27 de Enero del 2008
Diario Correo de Lima-Perú
No. Chile nació a la historia como una rama menor de la conquista del Perú. Era una Capitanía General sometida al Virreynato de Lima. Antes de la Independencia la demarcación estaba regulada por el río Salado (26o 15' de latitud sur). El desierto de Atacama era su norte. Allí estaba Bolivia. Ante la importancia del guano ese límite fue fijado en el paralelo 23. Chile y Bolivia vivieron en perpetua querella ya que el Alto Perú alegaba llegar hasta el grado 27 de latitud. En un Tratado de 1866 Bolivia y Chile señalaron el paralelo 24 de latitud meridional. En 1878 la Asamblea Nacional boliviana aprobó un impuesto de diez centavos por quintal de salitre importado. La Compañía de Salitres chilena apeló a Santiago. En 1879 el presidente boliviano Daza expidió un decreto por el cual dejaba sin efecto las concesiones salitreras otorgadas y las reivindicaba. Se desató la guerra. Chile ocupó Antofagasta y le pidió al Perú neutralizarse. Como no lo hicimos, nos declararon la guerra el cinco de abril de 1879.
Destrozada Bolivia que perdió todo su litoral y vencidos nosotros nos vimos obligados a firmar un Tratado de Paz (Ancón, 20 de octubre de 1883) en cuya virtud cedimos perpetua e incondicionalmente el territorio de la provincia de Tarapacá y en el Art. 3o de ese Tratado pactamos que Tacna y Arica continuarían poseídas por Chile durante diez años y que expirado este plazo un plebiscito decidiría si el territorio de las provincias referidas quedaba definitivamente del domino de Chile o si continuaban formando parte de nuestro territorio.
En 1894 reclamamos el plebiscito. Chile lo saboteó criminalmente. Se recurrió al arbitraje del presidente USA Coolidge (1925), quien emitió un laudo señalando que el plebiscito podía llevarse a cabo. El general americano John Pershing, héroe de la I Guerra Mundial (1914-1918), con quien tenemos una deuda inmensa impagable, representó a EEUU dignísimamente en la zona plebiscitaria y precisó en su informe final que no era viable la consulta por el vandalismo chileno. Llegó a decir:
"Al concentrar la atención sobre unos cuantos incidentes de los más típicos, que se ha confirmado han existido tan abundantemente en el territorio plebiscitario, y que demuestran un estado de terrorismo que hace impracticable celebrar un libre y honrado plebiscito".
Su sucesor, el general norteamericano William Lassiter, repitió iguales conceptos. El plebiscito quedó frustrado. Leguía se vio obligado a firmar el Tratado Rada y Gamio - Figueroa Larraín (1929) en cuya virtud cedimos Arica para siempre y recuperamos Tacna. Chile en cien años había avanzado así genocidamente desde el paralelo 26 al 18 , dejando a Bolivia enclaustrada y sin mar y despojándonos de Tarapacá y Arica. ¿Se puede confiar en Chile, país tercermundista de entraña imperial? Es falso que sea socialista. Es pinochetista porque es militarista, hegemónico y totalitario. Así como el nazismo que es anterior al III Reich. Pinochet y Hitler son intérpretes ideológicos de sentimientos nacionales preexistentes.
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